Por Daniel do Campo Spada
Las gestiones de gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015) tuvieron desde un primer momento una política informática que supo de desaciertos iniciales, reorientaciones y resultados finales que derivaron en una mejora de los estándares de conectividad y asimilación de la ciudadanía. Desde un errático Plan Mi PC en el que se ponía la necesaria incorporación de cibernautas a la red en manos del mercado se avanzó hacia una orientación en la que el Estado ocupaba un rol determinante pero en este caso conectándolo con la educación.
Plan Conectar Igualdad.
Cuando se implementó el Plan Conectar Igualdad1(1) ya estábamos ante un plan de informatización articulado con el sistema educativo, en un armado en el que el Estado nacional llevó adelante la acción de infraestructura no solo con la creación de contenidos y la capacitación de docentes sino con la distribución de computadoras a tres millones de alumnos solo en los primeros años. Muchas provincias también hicieron sus propios planes aunque en dimensiones mucho más modestas, pero en el mismo sentido, que era el de llevar a los estudiantes a un entorno que ya era dominante a nivel social (y no solo laboral).
La administración de netbooks tiene varias dimensiones. Una es pertinente al campo de la pedagogía ya que se entrena a los jóvenes en el uso de herramientas cotidianas en casi todas las prácticas económicas y sociales. Por lo tanto, la alfabetización digital se hizo con computadoras sin discriminar el sector socioeconómico de pertenencia. La cuna dejaba de ser un elemento determinante en el acceso a las nuevas tecnologías. La otra era relativa a la política económica de desarrollar el mercado interno al incluir en el plan a fabricantes y ensambladores radicados en el país.
Aunque el sistema educativo tiene más de 13 millones de alumnos (76 % de los cuales están en instituciones de administración estatal)2(2) en la primera etapa solo la Nación había distribuido tres millones de máquinas en comodato (y a nombre de los padres) hasta que terminaran el nivel en el que las recibieron (primario o secundario), quedando la posesión definitiva como premio al egresar. El Gobierno nacional puso especial énfasis en los alumnos de los colegios industriales ante el déficit de técnicos que ha generado la sustitución de importaciones y el sostenido crecimiento de la producción local (3). Aunque la sola provisión de las PC no garantiza la calidad educativa en el caso de los colegios con gran presencia de las ciencias duras se convierten en un soporte pedagógico insoslayable ya que permite suplir prácticas de simulaciones que solo se lograban en onerosos (y escasos) laboratorios.
De los tres primeros millones de máquinas para el alumno, los distritos más favorecidos fueron la Provincia de Buenos Aires (971.169), Tucumán (151.985), Santa Fé (146.342), Córdoba (144.896), Mendoza (143.744), Salta (129.419), Entre Ríos (122.253), Corrientes (121.815) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (119.746)4. Estas cifras nos obligarían a aclarar que no solo se consideraron en la distribución las dimensiones de los sistemas educativos provinciales sino que además hay que recordar la presencia de sistemas estaduales propios de distribución de máquinas. La presencia de instituciones de enseñanza industrial y rural están entre los parámetros principales para elegir los destinos de las computadoras.
Antonio Battro, en el programa radial “Ciudad Nueva” manifestó que “Conectar Igualdad es muy importante porque lo que antes era un privilegio ahora es un derecho. Lo positivo es que también los gobiernos provinciales como La Rioja, con el programa Joaquín V. González, y algunas administraciones municipales se han interesado en hacer lo mismo en las escuelas primarias, lo cual me parece fundamental porque es como aprender una segunda lengua: cuanto antes suceda, mejor se manejará la herramienta” (5). La incorporación de amplias capas de alumnos en el uso de las tecnologías digitales era una forma de evitar segregaciones que a futuro dejarían a ciudadanos de un lado y del otro con brechas insalvables.
Para saber el efecto del Plan Conectar Igualdad, la ONG Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP)(6) creó un Observatorio de la Educación Básica de la Argentina que indicaba que las computadoras llegaban en forma irracional sin un plan maestro de distribución. Jaime Perczyk, Secretario de Educación del Ministerio de Educación de la Nación en 2012 respondió que “para conocer el impacto de Conectar Igualdad, el Ministerio reunió a once universidades nacionales para llevar adelante una investigación. La misma mostró que el 85 % de los adultos y el 78 % de los jóvenes aseguraron que el Programa Conectar Igualdad mejora la escuela pública; el 86 % de los adultos y el 85 % de los jóvenes considera que crea oportunidades; el 80,5 % de los estudiantes sostuvo que ayudará a achicar las diferencias educativas; y el 69,5 % afirmó que aumenta el ingreso y la reinserción social” (7).
Alberto Sileoni, en el Editorial de la Revista del Ministerio de Educación que dirigía en ese momento aclaraba el espíritu del programa al manifestar que “el vertiginoso avance de las TICS nos pone frente al desafío de diseñar políticas orientadas a democratizar el acceso a estas nuevas herramientas para todos los ciudadanos. Porque existe una brecha inconmensurable entre quienes acceden a ellas y quienes no, y esta brecha se amplía si el Estado no interviene cambiando los patrones sociales de distribución del saber. Y en esta tarea de redistribución, de democratización, de justicia, la escuela y la educación tienen un papel fundamental” (8).
Aunque hay coincidencia en las políticas generales de inclusión social que la administración nacional ha adquirido desde 2003 hasta 2015, algunos distritos de orientación neoliberal como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Plan Sarmiewnto) también habían desarrollado planes propios de entrega de computadoras a los alumnos de las escuelas públicas. Lo que en todos los casos predomina es el Plan “One Laptop Per Child” (OLPC) que llevaba adelante la fundación norteamericana del mismo nombre, en donde se planteaba tempranamente la necesidad del acceso digital.
CITAS
1.- Www.conectarigualdad.gob.ar
2.-La Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa indica que en 2013 existen en la Argentina 13,1 millones de alumnos en los niveles inicial, primario y secundario distribuidos en 55.000 instituciones educativas (colegios e institutos). La Asignación Universal por Hijo (AUH) que abona una pequeña cifra mensual a los jóvenes que son alumnos regulares generó un índice de escolarización que pone al país como el más escolarizado del continente luego de la República de Cuba. En los niveles terciario, universitario y de posgrado hay 2 millones más, indicando que cada 2,6 habitantes hay uno que está estudiando. En el Plan Fines, que no es considerado como nivel (ya que se trata de complementar el nivel medio) hay en el mismo año cerca de 770 mil estudiantes más.
Datos propios indican que hay 1,3 millones de docentes, lo que indican que uno de cada 30,7 habitantes es educador formal.
3.-PBI INDUSTRIAL
4.-s/a. “Conectar Igualdad: cantidad de netbooks entregadas por provincia”. Suplemento ofical Inclusión digital y nuevas herramientas educativas al alcance de todos. Buenos Aires. Tiempo Argentino. 7 de julio de 2013. Pág. 3
5.-s/a. “Una segunda lengua”. Buenos Aires. Ciudad Nueva N° 526. Octubre 2011. Pág. 9
6.-CEPP es una ONG que nació por motivación de sectores de la Unión Cívica Radical pero desde 2011 sus acciones están ligadas estrechamente al PRO de Mauricio Macri.
7.-Perczyk, Jaime. “Dudas y certezas acerca del Programa Conectar Igualdad”. Buenos Aires. Miradas al Sur. 1 de abril de 2012. Pág. 25.
8.-Sileoni, Alberto. “Una potente herramienta para trabajar por la igualdad”. Buenos Aires. El Monitor de la Educación. N° 26 – 5° época. Septiembre 2010. Pág. 3